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jueves, 1 de agosto de 2013

Que Madrid ya no será tan bonito. Que tú tienes la culpa.

Sinceramente no sé que hago, aquí y ahora, y escribiendo(te) esto.
Por eso será que no sé ni por donde empezar.
O es que ya se me han acabado los renglones para ti, para mi, para dedicarlos uno tras otro a toda esta nada.
Que esto ya no tiene solución y por eso no hay que verlo medio lleno.

Una gran escritora dijo, como cuando tienes opciones y prefieres cagarla, yo nunca he tenido opciones y aún así, contigo, siempre he preferido cagarla.
Soy de las que solo se les da bien una cosa, salir huyendo.
Y caer, (porqué no saltar, y ahí esta el error), de precipicio en precipicio. Una tras otra. Y siempre por ti.

Que me he cansado de preguntar sabiendo respuestas.
Que me he cansado de intentar buscarte un resquicio y no encontrar(te) y seguir quedando(me) vacía.
Querer salir viva y morir en el intento una vez más.
Es lo que tiene tener enfrente la salida de emergencia y seguir empeñada en abrir una puerta normal.
Es como jugar con fuego. Que te acabas quemando.
Y lo que queda de mi ya solo son cenizas.

Que mis miradas sabían bien hacia donde iban y ahora las voy a tener que guiar.
Que mi cama sigue llena de asuntos pendientes, que yo solo te esperaba a ti.
Que ya no te quiero (esperar).
Y que solo espero que tú no estés esperando a alguien que no te espera.
Como has hecho tú conmigo.

Hasta aquí.


Agosto pórtate bien, que empiezo de cero.