Lo días van pasando entre apuntes y tardes de biblioteca.
El frío polar ha llegado a su ciudad y ella sigue sin darse cuenta.
En el camino de vuelta a casa se pierde entre los auriculares de un móvil hecho pedazos, casi tantos como ella, pero mientras suena Stop the clocks ve su mundo de otra manera.
Octubre que acaba y es un nuevo Noviembre el que empieza.
Mañana será un día más, mañana será otro día menos, se dice.
De Noviembre a Diciembre, de Diciembre a Enero.
La vida nunca se pone interesante para ella, los meses pasan y su mundo es el mismo.
No quiere amor, quiere cicatrices. No quiere saber de esos amores baratos que pueden arreglarle los días grises ni compartir cama los viernes más fríos de otoño.
Se burlaba del amor y ya la veis...
Quiere amor de los caros.
De los de sonrisas rotas y varias copas de más, porque contra esa sonrisa ella pierde cualquier guerra.
Su corazón se culpa así mismo. El es quien lo ha elegido.
Pero esta cansado. Y agotado.
Necesita un vuelo de cabeza, una casualidad o un trocito de locura. Compartir sofá y vicios.
Alguien le dijo alguna vez que atreverse es lograrlo, pero mírala aquí se encuentra desgastando el invierno con tanto suspiro.
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martes, 23 de octubre de 2012
lunes, 15 de octubre de 2012
Y te rindes.
La vida no sé elige.
El destino no sé fuerza, pero todos lo hacemos.
Nadie sabe donde estarás tú dentro de dos años o donde estaré yo.
Y una vez más fuerzo al destino y me niego a no aceptar que estaré en ese bloque número tres, en esa cuidad que tanto me pierde y que solo cinco paradas de metro me separaran de tí.
Quien sabe si ya te habré olvidado dentro de setecientos días o si el mundo ha girado a mi favor y lo veré todo más claro.
Tú ya has elegido tu camino, empieza tu nueva vida y ya no quieres saber de esta ciudad tan pequeña.
La comienzo a odiar ahora que salgo y no me cruzo con tus ojos.
112 kilómetros y mi boca que no para de buscarte.
Un caso perdido.
No nos damos cuenta que cada paso más es un paso menos, que acercarse o alejarse es relativo cuando las cosas dependen de una sola persona.
En este caso no sé decir si dependían de ti o de mi.
Solo sé que aquí me he quedado yo, en esta ciudad tan vacía ahora que no estás, con mis planes a medias y mil cosas por contarte.
También era día quince, pero del mes más triste del año.
Se cruzaron miradas y palabras a las cuatro y cincuenta y dos de la madrugada pero no me diste la respuestas a mis preguntas, ahí dependía de ti.
Se cruzaron miradas y palabras a las cuatro y cincuenta y dos de la madrugada pero no me diste la respuestas a mis preguntas, ahí dependía de ti.
El haber tardado tanto, de mí.
No te culpo, no es fácil si me pongo en tu lugar.
Pero sabes una cosa, la culpa es mía, no soy fácil o soy esa cobarde que ha perdido lo que más desea y tu eres demasiado difícil para un corazón tan novato y vacío como el mío.
Podías haber ganado tanto, podíamos haber ganado juntos.
Podías haber ganado tanto, podíamos haber ganado juntos.
Eso es lo único que tengo claro.
No me hacía falta tocarte para saber que tus manos encajaban a la perfección con las mías.
No me hacía falta tocarte para saber que tus manos encajaban a la perfección con las mías.
A veces las cosas no salen como querríamos, eso es todo.
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